sábado, 27 de abril de 2013

10º Capitulo


No podía mediar palabra, sigo tan, perpleja por todo, y aunque no paran de preguntarme por cómo estoy y demás, apenas puedo centrarme en escuchar lo que me dicen.
Hartos de esperar respuesta, deciden llevarme a planta para ver si me estabilizo y hablo.
Todo está lleno de gente, los pasillos son inmensos y de un blanco cegador.
Me meten en una habitación donde hay otra chica, no tiene muy buena cara, pero eso la verdad es que no me importa.
-Nya, necesito que me digas algo-
Niego con la cabeza y miro con dureza a los ojos de Mashashi.
No puedo creerme que me dejase sola, para luego estar en el quirófano, estoy tan, amargada.
-Sé que estás enfadada, pero si me hablas podré darte una explicación-
-No hace falta, estoy harta de creer en la nada-
-¿En la nada?-
-Sí, a eso que todos llamáis confianza, cuando creo en alguien, ese alguien me falla. Que hipócritas sois todos-No puedo evitar sentir asco y que se refleje en mi cara.
-Vale, ya veo que no podré hacer que cedas.
Mira, te voy a explicar todo lo que tengo que explicarte y ya luego, tu eliges-
-Pero rápido. Y sin palabras raras a ser posible-
-Mira, has tenido un derrame interno, una de las venas principales que va al corazón tuvo una fisura, aún no tenemos los resultados, pero lo que creemos es que iba demasiada sangre en ella. Por ello podían ser los mareos y la mala visión. Durante la operación tuvimos complicaciones y tu corazón falló varias veces, se paró durante unos minutos, pensamos que te habíamos perdido, pero de repente empezó a latir. Te dábamos por muerta, y sinceramente, no pensamos en que fueses a salir-Su voz era dura, pero su mirada solo expresaba miedo.
-Sabías que era probable que muriese ¿Verdad?, por eso no quisiste venir conmigo-
-Exactamente, pero, cuando vi la ambulancia irse, temía que te fueses, y que si lo hubieses echo me sentiría un despojo por haber apartado la mirada y no haber echo nada por ti-
-Claro, y si me hubiese quedado contigo ese cargo se hubiese ido porque te dirías a ti mismo que hiciste lo que pudiste, que al fin y al cabo si no era en ese momento sería poco después-
-¿Qué quieres que te diga?. Vamos, dime que es lo que quieres para dejar de odiarnos a todos, porque estoy muy cansado de tus desprecios, de tus niñatadas, estoy harto de no oír un agradecimiento hacía nadie de ti-
-Quiero morirme-

Se lleva las manos a la cara y cuenta hasta diez en muy baja y sin apartar las manos se sienta junto a la camilla, en un sillón negro de cuero que debía ser para los acompañantes de los ingresados.
-No te das cuenta de que ha sido un p… Un milagro, que no es algo normal-
-Un, milagro.
¿Sabes?, yo quería quedarme con mi baba, pero, ella no quiso dejarme a su lado-
-¿Tu… Baba?-
-Así era como yo llamaba a mi abuela.
Ella me enseñó lo que pasaba, lo que le pasaba a María. Ella me hizo elegir, pero cuando me iba a quedar a su lado, no me dejó.
Vi mi cuerpo, mi pecho abierto….-
-No sé que decir Nya… No sé si, no sé nada. Me dejas sin palabras-
-¿Puedes hacerme un favor?-
-Dime-
-Quiero descansar, ¿Puedes volver mas tarde?-
-Está bien, volveré mas tarde, Kyo vendrá también-
Asiento con la cabeza para que se vaya. Pero la verdad, no tengo ningunas ganas de verle.
Salió de la habitación dejando la puerta cerrada.
Aproveché para echar un ojo a la habitación, para ser un hospital era muy amplia, y la verdad, parecía que habían contraído matrimonio con el blanco, todo era del mismo color, algo que me ponía nerviosa, pero a la vez me relajaba, me recuerda al momento que tuve hace unos minutos con mi abuela.
Al lado derecho de cada camilla había un timbre para urgencias y un sillón como en el que se había sentado Mashashi.
Una televisión típica a monedas y al lado un teléfono,
Junto a la puerta de entrada había otra puerta, la que supongo que será un baño.
Era extraña de distribución, pero me sentía cómoda.
-Siento lo que te ha pasado-Dijo la chica de mi lado con voz débil.
-Em, ya, bueno….-No sé quien estaba peor la verdad-¿Qué te ha pasado a ti?-
-Eh tenido cinco infartos-Sonrió aliviada.
-Vaya…-Me quedé helada, es muy joven…
-Es que, mi madre murió delante de mí y empecé con ansiedad, pero bueno, supongo que, es normal-Se incorporó y recogió su cabello castaño y se puso unas gafas de pasta negra. Me miró fijamente y el alma se me calló a los pies, esos ojos negros tan débiles y tiernos me hicieron sentir algo mal por odiar a mis padres.
-¿Y a ti?-
-Pues aún no se sabe, pero vamos que da igual, me moriré igual-Demasiado brusca eh sido, o al menos eso parece por la cara de horror que tiene.
-Em, bueno no tienes que ser tan negativa-
-Tengo una enfermedad degenerativa, pero vamos que no me importa.
-¿Cómo te llamas?-
-Lo siento…..
Me llamo Tamako, tu Nya ¿Verdad?-
-Si-
Queda un silencio incomoda, apartamos las miradas y cada vez crecía mas la tensión.
-¿Se puede?-Sonó una voz femenina al otro lado de la puerta.
-Adelante-Contestamos a la vez.
-Tengo una llamada para Nya-
-Soy yo-Contesto algo nerviosa.
La enfermera me acerca el teléfono y me quedo mirando con duda hasta que sale de la habitación.
-¿Si?-Pregunto tímida, nerviosa, con miedo…
-Nya, soy María-
Mi corazón se rompe, mi alma me abandona y mis ojos se quedan vacíos.

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